En primer lugar, para que un profesor sea innovador no basta con hacer un juego de Kahoot! una vez y nada más. Pienso que es necesario ser un poco consistente con la innovación para que esta sea efectiva. Al fin y al cabo, si estás tratando con adolescentes, a los que les cuesta mantener la concentración, es probable que en cuanto les des la mano, te quieran agarrar el brazo entero. Una buena idea para innovar podría ser la creación de un sistema de puntuación a través del cual puedes recibir “premios” como clase. Por ejemplo, se da un punto por cada vez que se presenten voluntarios para hacer una actividad, sabiendo que necesitan 50 puntos para poder ver una película en inglés durante alguna clase. De esta manera, se presenta un incentivo innovador en el que tanto los alumnos como el docente salen ganando.
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